Requisitos de una calefacción saludable

Llega el otoño y con él llega el momento de poner a punto el sistema de calefacción de nuestro hogar. De este modo, cuando los termómetros bajen y necesitemos abrigarnos más, podremos disfrutar en casa de una temperatura óptima y agradable sin llevarnos ninguna sorpresa de última hora. Pero, ¿conoces los requisitos para que una calefección sea, además de agradable, saludable? Hoy te los vamos a contar.

Primero de todo, debemos tener en cuenta que el ambiente interior de nuestras viviendas debe mejorar y no empeorar nuestro estado físico y psíquico. Un mal sistema de calefacción afecta a nuestro sistema circulatorio, respiratorio, muscular, metabólico, inmunológico y a nuestra vitalidad, buen dormir y bienestar.

El sistema de calefacción de nuestro hogar debe generar un buen bioclima, aportando calor mayoritariamente por radiación y con altas temperaturas superficiales en los paramentos interiores. Además, debe generar un buen nivel de oxígeno, una correcta relación entre temperatura y humedad relativa, y evitar movimientos y velocidad del aire y del polvo que den lugar a corrientes de aire, eliminar bacterias y tóximos, iones negativos y generar un buen olor. Todo ello con una contaminación ambiental mínima y con gran eficiencia. Parece difícil, pero no lo es.

Actualmente existen diferentes tipos de calefacciones:

Bomba de calor (por aire)

Pros: calienta fácil y rápidamente. Además, tiene unos precios muy competitivos porque es el sistema más convencional.

Contras: remueve el aire interior que generan corrientes de convección poco saludables, ya que levantan polvo y contaminación, además de ser un sistema de propagación de calor poco eficaz (por aire). Además, no regula la humedad y reseca el ambiente.  Normalmente la electricidad con la que funcionan no viene de fuentes renovables, por lo que su balance ecológico en la producción de las bombas no es bueno.

Radiadores

Pros: Sistema económico al ser convencional.

Contras: Los radiadores transmiten un 35% del calor por radiación y el resto por convección. Ese 65% de convección produce corrientes de aire poco saludables, ya que levantan polvo y contaminación, además de ser un sistema de propagación de calor poco eficaz (por aire).

Placas radiantes

Pros: alcanzan hasta un 70% de la transmisión de calor por radiación y sólo un 30% por convección.

Contras: su elevado consumo energético asociado a la producción del aparato, ya que suelen ser de acero o aluminio. Al ser metálicos, son distorsionadores del campo magnético. Las pinturas de recubrimiento suelen ser sintéticas, contribuyendo a la emisión de contaminantes atmosféricos y aumentando la carga electrostática. Para contrarrestarlo, es aconsejable estudiar bien su dimensionado y posición respecto a lugares de larga ocupación y es recomendable pintarlos con pinturas naturales inocuas.

Radiación

Es el sistema de calefacción óptimo, tanto para la salud como para la economía. Es similar al calentamiento natural del sol, no se produce circulación de aire ni polvo ni emanaciones tóxicas, los paramentos interiores -de elevada temperatura superficial- se calientan y secan rápidamente y el calor disminuye proporcionalmente a la distancia (evitando la monotonía térmica). La radiación además penetra más en la piel, así que es más eficaz que el aire caliente; con una temperatura del aire inferior se consigue la misma sensación de bienestar, así que es más saludable y consume menos energía.

Para entender las calefacciones que calientan aire y las que no (y su ineficacia), podremos como ejemplo un frío día de invierno soleado. Expuesto a los rayos solares, un individuo no tiene frío a pesar de que la temperatura del aire sea muy baja: el calor del sol no calienta el aire, le llega por radiación. Por eso los sistemas de climatización que calientan el aire son ineficaces, ya que cuesta mucho calentar el aire para que sintamos un buen confort térmico. La  temperatura interior del aire de una vivienda calentada por radiación será más baja, pero la sensación térmica de los
habitantes mayor, ya que el calor por radiación les llegará con mayor intensidad.

Tipos de sistemas de calefacción por radiación de calor

  1. Chimenea – hogar: más eficiente si es estanca.
  2. Chimenea calefactora/estufa rusa: gran estufa de inercia. Su posición central en una vivienda puede calentar todas las estancias a la vez, aprovechando el tiro para la planta primera.
  3. Suelo o pared radiante: es mejor la pared radiante, ya que el calor llega de lado, más similar al sol. Los problemas es que en esas paredes no se pueden colocar muebles, estanterías, sofás… porque impiden el paso del calor. En el caso de colocar un suelo radiante, conviene dimensionar más superficie a menos temperatura
    para evitar posibles problemas circulatorios. No se situará el serpentín de agua bajo camas o lugares de alta permanencia.