El mundo de la construcción, como todos sabemos, está cambiando. Si hasta ahora se adquirían materiales e insumos teniendo en cuenta los costes para construir más rápido y más barato, ahora se tienen en cuenta otras variables, como las prestaciones medioambientales y sanitarias de estos materiales.

Los aislantes ecológicos están tomando cada vez más protagonismo en la construcción, gracias a una serie de ventajas que los hacen únicos. Entre estas ventajas podemos destacar:

  • Son aislantes reciclables, biodegradables y la energía prima consumida en la fabricación es muy baja, disminuyendo la huella ecológica.
  • No contienen elementos procedentes de petróleo o bien lo contienen en proporciones mínimas.
  • Dejan que nuestras viviendas transpiren, siendo a su vez estancas a las corrientes de aire.
  • Como están fabricados en altas densidades, nos proporcionan un gran aislamiento acústico, tanto a ruidos aéreos como a ruidos de impacto.
  • Tienen una gran capacidad térmica específica, casi hasta tres veces superior a otros aislantes convencionales, con lo que conseguimos mantener nuestra vivienda más fresca durante los días más calurosos del año. Hay que tener en cuenta que la capacidad térmica específica es un dato que suele omitirse en las fichas técnicas de los principales aislantes químicos, debido a su bajo valor.
  • Son saludables. Los aislantes ecológicos no son tóxicos, ni contienen ningún tipo de sustancias o aditivos que puedan resultar nocivos para la salud siendo respetuosos con el medio ambiente. No provoca irritaciones en la piel ni es agresivo y por ello se le considera un material aislante inofensivo.
  • Son capaces de absorber la humedad sin perder sus propiedades de aislamiento; esto provoca que actúen como reguladores de ambiente en la estancia, creando un microclima muy confortable.
  • Su durabilidad es para toda la vida. Se ha comprobado que a diferencia de otros aislantes convencionales los aislantes ecológicos perduran durante muchos años sin perder ninguna de sus propiedades.

En general, podemos distinguir entre un grupo de aislantes más “ecológicos” y, por otro lado, un conjunto de productos que, pese a sus buenas propiedades aislantes, resultan cuestionables ambientalmente. A continuación se hace una lista de los aislantes existentes. Su capacidad de aislamiento se define por el coeficiente de conductividad térmica (k) y también los comparamos por su energía incorporada (embodied energy), es decir, por la cantidad de energía que necesitan para su fabricación.

Aislantes sanos y aconsejables ambientalmente
  • Corcho. Entre los aislantes ecológicos es el que goza, actualmente, de mayor aceptación. Proviene de la corteza de los alcornoques, es totalmente renovable y reciclable. Existe en forma de virutas para rellenar cavidades, en forma de paneles de corcho prensado o incluso proyectado para cubiertas o revestimiento de superficies. Coeficiente k: 0,045 w / m K. Energía incorporada: 837 wh / kg.

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  • Cáñamo. Fibra de rápido crecimiento y fácil cultivo con la que se elaboran mantas aislantes, naturales y transpirables. Coeficiente k: 0,041 w / m K. Energía incorporada: 252 wh / kg.

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  •  Lino. Planta de cultivo fácil y de bajo impacto, que permite obtener fibras aptas como aislante (se realizan mantas de lino) y fibras para la elaboración de textiles. Coeficiente k: 0,040 w / m K. Energía incorporada: 252 wh / kg.

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  • Madera. Los paneles de fibras de madera suelen aprovechar residuos del procesamiento de la madera o pequeñas ramas, por lo que serían compatibles con un aprovechamiento respetuoso del bosque. Existen paneles con fibras gruesas de madera resinosa aglomeradas con yeso o cemento blanco (Coeficiente k: 0,05 w / m K. Energía incorporada: 957 wh / kg) o paneles ligeros de pequeñas fibras (Coeficiente k: 0,05 w / m K. Energía incorporada: 492 wh / kg).

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  • Celulosa. Se trata de residuos de papel que se reciclan en forma de aislante para el aislamiento de cámaras de aire. Aunque requiere ser tratada con sustancias químicas para evitar el moho y protegerla del fuego, tiene muy buenas propiedades aislantes, es ligera y requiere poca energía para su fabricación. Se utiliza suelta (Coeficiente k: 0,042 w / m K. Energía incorporada: 292 wh / kg), o inyectada con manguera (Coeficiente k: 0,039 w / m K. Energía incorporada: 173 wh / kg).
  • Lana. Material natural obtenido de las ovejas, que incluso mejora su capacidad de aislamiento cuando se humedece. Es una buena opción si se puede encontrar un proveedor y fabricante local. Se usa frecuentemente como un aislante muy valorado en las construcciones de alto standing. Coeficiente k: 0,04 w / m K. Energía incorporada: 664 wh / kg.

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  • Arlita (arcilla expandida), perlita y vermiculita (feldespatos y rocas expandidas). Aislantes minerales que requieren más energía para manufacturarse pero son totalmente naturales e inertes, sin ningún componente tóxico añadido. La perlita (con un k más adecuada para aislamiento de edificios, se utiliza para el llenado de cámaras de aire. Arlita (Coeficiente k: 0,1 w / m K. Energía incorporada: 266 wh / kg). Perlita (Coeficiente k: 0,05 w / m K. Energía incorporada: 531 wh / kg).
  • Vidrio celular. Material ligero y rígido, que se emplea en cubiertas y se fabrica con vidrio reciclado. Coeficiente k: 0,05 w / m K. Energía incorporada: 2391 wh / kg.

Otros materiales naturales aislantes son la fibra de coco, una fibra residual con la que, además de otros productos, se realizan mantas aislantes -aunque es más adecuada en los lugares en los que sea un producto local- y el algodón, con el que también se realizan mantas aislantes, aunque en muchas ocasiones las condiciones de cultivo no son tan respetuosas como en el caso de otras fibras vegetales.

Por último, merece una mención especial la paja. Tradicionalmente, son conocidas las características de confort pasivo y aislamiento de las casas de paja o de las de adobe (realizadas con bloques de barro y paja). Actualmente existen paneles manufacturados de paja y yeso para interiores.

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Aislantes cuestionables ambientalmente
  • Lana de roca. Aislante mineral obtenido tras la fusión de roca a altas temperaturas y la incorporación de aditivos y aglomerantes, para su transformación en productos fibrosos como mantas. Junto con la lana de vidrio, forma el grupo de aislantes de fibras minerales, los más empleados en los edificios. Coeficiente k: 0,042 w / m K. Energía incorporada: 797 wh / kg.
  • Lana de vidrio. Son paneles rígidos realizados con residuos de vidrio. El problema ambiental de las lanas minerales son las pequeñas fibras que se desprenden en su fabricación e instalación, que son respirables y se asocian con problemas de conjuntivitis, irritaciones cutáneas y problemas pulmonares para los trabajadores, y que incluso podrían ser cancerígenas. Por ello, requieren una serie de medidas de seguridad para su fabricación, instalación y desmantelamiento, aunque una vez colocadas en las viviendas no existiría este problema. Coeficiente k: 0,04 w / m K. Energía incorporada: 1993 wh / kg.
  • Poliestireno extruido. El conocido aislante blanco y de bajo peso, en forma de planchas o paneles o bien suelto. Requiere una gran energía para su fabricación y es un material sintético obtenido a partir del refinamiento del petróleo. Extruido (Coeficiente k: 0,027 w / m K. Energía incorporada: 5845 wh / kg). Expandido (Coeficiente k: 0,040 w / m K. Energía incorporada: 4650 wh / kg).
  • Poliuretano. Material de elevadísima capacidad aislante pero de origen 100 % petroquímico, con alta carga química y fabricación costosa en energía. Existe en planchas (Coeficiente k: 0,025 w / m K. Energía incorporada: 38526 wh / kg) o en forma de espuma de poliuretano que se proyecta (Coeficiente k: 0,023 w / m K. Energía incorporada: 6908 wh / kg).

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*Los datos genéricos de coeficientes de aislamiento y de energía incorporada de los diferentes materiales expuestos en este artículo han sido obtenidos del libro “Living Spaces” (editor Thomas Schmitz-Günther) de la editorial Konemann, 1999.